¿Qué es más caro, el oro blanco o el amarillo?
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El oro blanco suele ser más costoso que el oro amarillo, aunque esta diferencia puede variar según factores como el proceso de fabricación, la pureza y la demanda de cada tipo de oro. A continuación, exploramos en profundidad qué aspectos específicos hacen que el oro blanco tenga, en muchos casos, un precio superior y en qué contextos podría ser diferente.
Composición y diferencia entre el oro blanco y el oro amarillo
El oro blanco y el oro amarillo difieren principalmente en su composición y en los metales adicionales que se mezclan con el oro puro para obtener el color deseado:
- Oro amarillo: Consiste en oro puro mezclado con pequeñas cantidades de cobre o plata, conservando su característico tono dorado. Un anillo de oro amarillo de 24 quilates es 100% oro, mientras que piezas de 18k o 14k son aleaciones más duraderas y resistentes, pero con menos pureza.
- Oro blanco: Es una aleación de oro puro con metales blancos como el paladio, platino o níquel. Esta mezcla permite obtener un tono pálido y brillante. Para lograr el acabado característico del oro blanco, las joyas suelen recubrirse con una capa de rodio, un metal precioso y brillante, que da un aspecto más moderno y elegante.
Factores que influyen en el precio del oro blanco y el oro amarillo
Varios factores hacen que el oro blanco sea generalmente más costoso que el oro amarillo. Aquí detallamos las razones:
1. Proceso de fabricación
El proceso de fabricación del oro blanco es más complejo y costoso que el del oro amarillo. Para conseguir el tono blanco, el oro debe mezclarse con metales específicos y pasar por tratamientos térmicos. Además, el recubrimiento de rodio, necesario para el brillo característico del oro blanco, agrega un costo adicional, ya que este metal es raro y costoso.
En cambio, el oro amarillo requiere menos tratamientos para conservar su tono dorado natural. Este menor proceso en la producción del oro amarillo hace que su costo final sea, en muchos casos, más accesible.
2. Pureza del metal
La pureza del oro, medida en quilates, es un factor crucial en el precio. El oro amarillo suele encontrarse en 24 quilates cuando es puro, mientras que el oro blanco generalmente se encuentra en 18 quilates o menos debido a la mezcla con otros metales. Cuanto mayor es la pureza del oro, mayor es su valor, lo cual explica en parte por qué el oro amarillo puro puede tener un precio más alto que el oro blanco con una pureza menor.
3. Costo de los metales adicionales
En el caso del oro blanco, los metales adicionales como platino y paladio pueden ser significativamente costosos, lo cual encarece la aleación. Estos metales no solo le dan al oro blanco su tono distintivo, sino que también lo hacen más resistente y duradero, lo que puede justificar su precio más elevado. En cambio, el oro amarillo utiliza metales más económicos, como el cobre y la plata, lo que disminuye su costo en comparación.
4. Demanda y popularidad en el mercado
La demanda y popularidad de cada tipo de oro también influyen en su precio. Durante años, el oro amarillo ha sido el favorito, especialmente en joyas tradicionales, lo cual ha mantenido su precio elevado. Sin embargo, en los últimos años, el oro blanco ha ganado mucha popularidad por su aspecto moderno y minimalista, lo que ha equilibrado en cierta medida la diferencia de precios.
¿Cuál es la mejor opción para ti?
Al decidir entre oro blanco y oro amarillo, el precio es solo un factor más a considerar. Aquí algunos aspectos que pueden ayudarte en tu elección:
- Estética y preferencias: El oro amarillo tiene una apariencia cálida y clásica que se complementa bien con piedras de tonos cálidos como rubíes o esmeraldas. El oro blanco ofrece un aspecto moderno y sofisticado, que destaca especialmente con diamantes y piedras de tonos fríos.
- Durabilidad: El oro blanco, gracias a sus aleaciones, es generalmente más resistente a los rayones y al desgaste que el oro amarillo. Esto lo hace ideal para piezas de uso diario, como anillos de compromiso.
- Mantenimiento: Aunque el oro blanco es más resistente, suele requerir un rechapado de rodio periódico para mantener su color y brillo. Este rechapado implica un costo adicional de mantenimiento, mientras que el oro amarillo puede necesitar pulido ocasional para conservar su tono dorado.
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